Es maravilloso ver como tu vida se deshace bajo tus pies. Lo que un día fue algo fijo y seguro, hoy puede ser inestable y quebradizo.
La vida nos enseña una y otra vez que nuestra experiencia gira una y otra vez en un vórtice infinito, sin fronteras. Nosotros mismos nos destruimos y reconstruimos una y otra vez, sin parar nunca. Es imposible, además de inmaduro, querer agarrarse a un estado vital para siempre. Esto es un insulto contra la naturaleza propia de la vida.
En mi opinión, debemos plantar cara a este vórtice vital, enfrentándonos a cada situación en la que nos situa, disfrutando de cada vista que nos regala.
Amigos, hoy la vida os propondrá un papel en el mundo, de forma totalmente ajena a vosotros. Pero si que está en vuestra mano decidir cómo vais a interpretar ese papel, y según hagais ese papel, mañana obtendreis otro distinto que quizá esté relacionado con el de hoy, ¿Quién sabe?
Vivir es como estar a la deriva en un barco, cerca de un acantilado, si te dejas llevar por la marea acabarás muerto contra las rocas, y por mucho que remes, nunca sabes en que costa puedes acabar.
Hay que disfrutar de la destrucción vital, amigos.
1 comentarios:
Gracias Juan Carlos.
Qué gran alegría volver a contactar contigo.
Un saludo.
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