La amistad silenciosa de la luna
(cito mal a Virgilio) te acompaña
desde aquella perdida hoy en el tiempo
noche o atardecer en que tus vagos
ojos la descifraron para siempre
en un jardín o un patio que son polvo.
¿Para siempre? Yo sé que alguien, un día,
podrá decirte verdaderamente:
“No volverás a ver la clara luna,
Has agotado ya la inalterable
suma de veces que te da el destino.
Inútil abrir todas las ventanas
del mundo. Es tarde. No darás con ella”.
Vivimos descubriendo y olvidando
esa dulce costumbre de la noche.
Hay que mirarla bien. Puede ser última.
 
Jose Luis Borges

2 comentarios:

Por eso yo quiero comprarme un desván bohemio desde donde se pueda ver la luna. Es la única que consigue motivarme y darme esa inspiración.

Un besazo.

A me gustaria hacerlo con todo aquello que me inspira, aunque ahora me falte uno.

Gracias por comentar.

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