Hola amigos. Primero de todo, pedir perdón por mi ausencia de estos días, pensaba que podría seguir escribiendo antes de empezar los exámenes pero me equivoqué. A pesar de lo que algunos piensan no he abandonado el blog ni mucho menos. Volveré a mediados de junio cuando acabe los exámenes de la universidad y descanse unos días sin ningún tipo de tecnología.

Hasta entonces os recomiendo que repaseis entradas antiguas del blog. Si alguien quiere algo de mí estaré por las noches en facebook y twitter (@Valeryon) un ratillo. Gracias por estar ahí, prometo volver pronto con más ideas.

Un abrazo.

Isaac Moreno.




Es fácil maravillarse con lo que nos es nuevo y reciente. Lo dificil es sorprenderse con las cosas de cada día, con las cotidianas. Esta forma de ver el mundo nos obliga a alejar de nosotros lo más cercano, para así poder verlo como nuevo cada día, someterlo a una constante revisión, a otro prisma. Debemos saber ver las cosas cercanas como si fueran lejanas, para poder verlas con perspectiva. Así como experimetar todos los dias la actitud de un niño que redescubre su mundo cada día.

Las cosas maravillosas no escasean, están por todo nuestro entorno, sólo tenemos que saber observar.



Hay quien dice que la verdad es fea, aburrida, dolorosa e inservible. Yo siempre que la verdad es maravillosa en todas sus expresiones. La verdad es versátil, cada uno tiene su propia verdad, y todas la verdades son igualmente válidas.

 A mi me parece que lo que es feo, aburrido, doloroso y sobre todo inservible es faltar a la verdad. Ya que si la verdad es nuestra observación directa de un hecho, si faltamos a ese hecho, faltamos a la vida, que es la que se manifiesta y nos muestra la verdad. Y si faltamos a la vida, faltamos a aquello que nos hace nosotros mismo, de lo que provenimos y a lo que nos debemos. Por lo que, en última instancia, faltar a la verdad es faltarnos a nosotros mismos.

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