Amigos, qué mal lo he pasado estos últimos meses. Cometí un error, el peor de los errores. Dejé que una pesada piedra cayera sobre mi espalda y ensombreciera mi pensamiento durante meses y meses. El peso del mundo cayó sobre mí sin piedad alguna y me dejó postrado como un mediocre cualquiera.
Me ha vuelto a pasar lo que muchas veces he predicado. Sólo he conseguido resurgir de mis cenizas cuando he estado completamente destruido, cuando lo he perdido todo y lo único que puedo hacer es luchar contra agua y piedra para volver al sitio que me pertenece. Lo fácil hubiera sido quedarme inerte y frío bajo mi piedra y llevarla conmigo toda mi vida, siendo más camello que persona; pero mi alma y mi mente no están entrenadas para llevar peso sobre sí, sino para ser peso en otras mentes.
Me he dado cuenta de que durante meses me he estado dejando afectar por los ataques de muchas personas, y hasta la piedra más dura acaba cediendo ante el desgaste del agua y del aire, por muy insignificante que sea.
Pero hoy mi mente se ha removido en un espasmo de vitalidad y regocijo. Ha vuelto a sacar los dientes y las uñas y ha sacado de mí todo lo que no está bien, todo lo que yo no quiero que esté ahí Durante mucho tiempo he estado como en un sueño letárgico, pero ahora me siento despertar y mi propia tormenta se vuelve contra mí con enfado por haberla dejado dormir durante tanto tiempo.
Hoy vuelve a haber rayos y furia dentro de mí, y espero que nunca se vayan.