Siempre se me ha dicho que yo tengo pocos amigos, y así lo prefiero. Cuando tenemos un amigo de verdad, tenemos que adaptarnos a ese amigo, cojerle forma. Si tenemos muchos amigos corremos peligro de perder nuestra propia forma.

       Si tenemos muchos amigos corremos peligro de que nuestra personalidad se diluya entre todos ellos. Es decir, tendremos que encajar con todos ellos, por lo que tendriamos que expandir nuestra forma de ser para aceptar todas las formas de ser de nuestros amigos. Al final esto lleva a que persamos nuestra personalidad y al final no tengamos ningún amigo verdadero. Irónicamente, tener mucho amigos conllevar a estar solo.

Conocidos tendremos a cientos, pero los amigos de verdad podremos contarlos con los dedos de una mano.


0 comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares

Vistas de página en total

Compañeros de viaje

R&R para Muñones