Mañana se cumplen cien años del hundimiento del Titanic. Muchos barcos se han hundido desde los albores de la humanidad. Muchas catástrofes han dañado nuestra especie. Pero ninguna como el Titanic, ninguna interesa tanto como el Titanic. ¿Por qué?
Hay gente que dirá que es por la tragedia humana, por la pérdida de vidas, por lo drámatico del momento. Otros sin embargo dicen que es porque todo el mundo se ve reflejado en el Titanic, en las distintas clases y posiciones, y que a todo al que se le cuenta la historia se ve identificado en algún momento. Dicho de otra forma, el Titanic muestra un microcosmos de la humanidad en esa época.
El Titanic es la muestra de la arrogancia humana, de la prepotencia ante la naturaleza, de la rueda del capitalismo elevando a los ricos y hundiendo a los pobres (literalmente en este caso).
Para mi, hay algo más triste que la pérdida humana y es que no hemos aprendido nada. En aquella época el capitalismo elevaba a unos más allá de lo que merecian a costa de otros que apenas tenian para subsistir. Se avanza más y más tecnologicamente pero mentalmente seguian pensando que nunca era suficiente y que cualquier precio valia la pena. No nos damos cuenta de que la humanidad ha pasado muchas veces por sus propios "iceberg". Momentos en los que nos damos cuenta de que todo tiene un precio en esta vida, de que no podemos hacer las cosas ignorando las consecuencias.
Tenemos que darnos cuenta de que cien años después nada ha cambiado. Seguimos pensando que podemos hacer lo que queramos con el mundo, que podemos seguir quemando petróleo, que podemos seguir cortando las selvas, que podemos seguir contaminando el agua que nos mantiene vivos, que podemos seguir pasando unos por encima de otros, que podemos seguir creando armas más y más potentes cada dia, que podemos controlar a las masas con música y ropa. En definitiva, creemos que nunca vamos a chocar contra nuestro iceberg.
Otro toque de humilda nos vendrá, y lloraremos a las victimas y luego iremos a un centro comercial a ahogar nuestras arterias en grasa pútrida y en ropa fea. Otros iceberg vendrán, y si no escuchamos las voces que siguen llegando desde el Titanic, algún día no habrá más humanidad que salvar.
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