Se ama de pie, en las calles, entre el polvo
De los salones y las plazas; muere
La flor el día en que nace. Aquella virgen
Trémula que antes a la muerte daba
La mano pura que a ignorado mozo;
El goce de temer; aquel salirse
Del pecho el corazón; el inefable
Placer de merecer; el grato susto
De caminar de prisa en derechura
Del hogar de la amada, y a sus puertas
Como un niño feliz romper en llanto;
Y aquel mirar, de nuestro amor al fuego,
Irse tiñendo de color las rosas,
Ea, que son patrañas! Pues ¿quién tiene
Tiempo de ser hidalgo? ¡Bien que sienta,
Cual áureo vaso o lienzo suntuoso,
Dama gentil en casa de magnate!
O si se tiene sed, se alarga el brazo
Y a la copa que pasa se la apura!
Luego, la copa turbia al polvo rueda,
Y el hábil catador-manchado el pecho
De una sangre invisible-sigue alegre
Coronado de mirtos, su camino!
No son los cuerpos ya sino desechos,
Y fosas, y jirones! Y las almas
No son como en el árbol fruta rica
En cuya blanda piel la almíbar dulce
En su sazón de madurez rebosa,
Sino fruta de plaza que a brutales
Golpes el rudo labrador madura!

José Martí

         El ser humano tiene un ritmo vital adaptado a los entornos naturales, a los ciclos y hábitos de los animales y plantas. La ciudad nos obliga a ir aun ritmo en el que el ser humano no puede realizarse completamente. Vivida lento amigos, vivid lento y bien, no os dejeis llevar por el ritmo de los demás.


2 comentarios:

Precioso el fragmento de José Martí. Creo que miraré el libro que tiene pinta de bueno.
La verdad es que tampoco es que esté muy bien yo últimamente y estoy pensando en hacre la carrera de Psicología para psicoanalizarme a mí misma.

Un besazo.

Te lo recomiendo Lara, Gracias por comentar.

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