Hay muchas formas de morir, mejores o peores. Una de las mejores es morir haciendo lo que te apasiona, lo que te gusta, superándote a ti mismo y luchando. Hoy es un día muy triste para aquellos que nos gusta la velocidad sobre dos ruedas. Hoy se nos recuerda lo frágil que puede ser un cuerpo humano sobre una máquina. Hoy todos los moteros daremos un poco menos de gas en las curvas.
Hoy no importa lo que individualmente pueda aportar al duelo de Marco Simoncelli, hoy importa la voz conjunta de toda la comunidad que llora la pérdida de un gran piloto ayer, y recordando la muerte del año pasado de otro gran motero, Tomizawa.
Soy consciente de que esta entrada no es la típica entrada que yo hago, pero yo quise en su momento que este blog fuera un reflejo de lo que pasa en mi interior y poder compartirlo con quien quisiera verlo. Y hoy estoy triste por una muerte demasiado prematura.
En las muertes solo se ve lo negativo, y yo siempre intento ver tambien lo positivo. Aprendamos de Marco y de Shoya y vayamos a por lo que nos apasiona y entusiasma, aunque nos cueste la vida. Yo personalmente prefiero vivir poco y feliz que mucho y mediocremente.
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