Muerte. Para algunos una pesadilla, para otros un anhelo. Lo que me interesa hoy es reflexionar sobre la dualidad VIDA-MUERTE. Obviamente son cosas opuestas, la muerte es ausencia de vida y la vida es ausencia de muerte.
Lo primero que quiero reflejar es que, por definición, la muertes es la ausencia de vida. Por lo que una vida después de la muerte es lógicamente absurdo. La muerte es la forma en la que llamamos a nuestro "fin", donde todo acaba para nosotros, es el punto y final. Aferrarse a que hay una vida despues de la muerte es igual al deseo de un niño de aferrarse al pezón, un egoísta autoengaño.
Lo segundo es que la muerte implica inactividad, quietud, paz...etc. Por lo que la vida debe ser lo contrario: actividad, movimiento y conflicto. Por lo que para llevar una vida plena debes moverte, activarte y relacionarte; todo lo que no sea esto es una mortificación de la vida. Una contradicción entre la cultura y la biología.
Lo que quiero expresar hoy es mi idea de que la muerte significa el final de todo amigos, por muy poco que nos guste la idea. A mi personalmente me horroriza la idea de morir, como creo que a casi todos. Por esto amigos debemos vivir, vivir intensamente, decir "si" a la vida en cada segundo. No podemos permitirnos el lujo de mortificar ni un solo instante. Debemos exprimir cada momento como si fuera el último en cada día de nuestra corta vida. Disfrutar cada sorbo de vida. Saber admirar la belleza en cada átomo del universo. Antes he dicho que me horroriza morir, pero tambien pienso que si muriera hoy, moriria feliz. Pues mis 21 años en este mundo los he pasado como he querido, con la gente que he querido, en resumen, he sido feliz.
Para acabar, me remito al título de la entrada de hoy: dualidad. Yo veo la dualidad en que cuanto más se acerca la muerte, más preciada es la vida. Y cuando más cerca nos toca la muerte, más nos damos cuenta de lo vivos que estamos. Es precioso ver como dos términos tan opuestos danzan entre sí cada dia en torno a nosotros.