Si, algo tan sencillo como esto hoy en día resulta casi imposible de ver. Debemos saber situarnos en nuestro tiempo y lugar. Tenemos que saber conocernos sin ningún tipo de tapujo ni remordimiento. Párate amigo, piensa en quien eres, qué quieres y porqué lo quieres. Paremonos un momento a preguntarnos lo más sencillo (en teoría): ¿Quienes somos en realidad? Porque si no nos situamos bien en nuestra vida ¿Cómo vamos a saber hacia donde vamos?



El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.

 Fiodor Dostoievski



Siguiendo la gran analogía histórica de comparar luz con sabiduría, hay personas que deslumbran. Hay personas que sin quererlo ni beberlo se convierten grandes fuentes de saber, personas que con su sola presencia absorben a los demás y los traen con ellos mismos. Muy pocas veces nos encontramos con personas así, pero cuando lo haces te das cuenta de que estas ante una oportunidad única de aprender. Seguro que todos conocemos a alguien así, alguien con quien nos gustaría pasar horas y horas hablando. No hay que desaprovechar dichas oportunidades de aprender de la grandeza, de la sabiduría, de la humildad y de todo lo que un ser así pueda enseñarnos. Yo espero ser algún día una persona así para alguien.

Feliz fin de semana amigos, disfrutad mucho.



No hay nada más gratificante que ver como la vida te da golpes por todos lados y aún así aguantamos siempre. Cualquier persona es capaz de hacer grandes cosas si la suerte siempre le sonrie. Pero hacer las cosas con el universo en contra... eso si que tiene mérito. Una de las cosas que tengo más clara es que las grandes personas no se ven en los mejores momentos, sino en los peores. Cuando tengais una mala época no penseis en pasarla de cualquier manera, superad la situación y vencedla.



¿Como va a concebir el ser humano la idea de infinito si su propio intelecto es finito? Sin duda es la idea, o la realidad, que más me intriga de todo el universo. Infinito. A su vez es indefinible pues el lenguaje tambien es finito, así como las palabras y la comunicación. ¿Existirá algo realmente infinito?



¡Para siempre, hombre libre, a la mar tu amarás!
Es tu espejo la mar; mira, contempla tu alma
en el vaivén sin fin de su oleada calma,
y tan hondo tu espíritu y amargo sentirás.

Sumergirte en el fondo de tu imagen te dejas;
con tus ojos y brazos la estrechas, y tu ardor
se distrae por momentos de su propio rumor
al salvaje e indomable resonar de sus quejas.

Oscuros a la vez ambos sois y discretos:
hombre, nadie sondeó el fondo de tus simas,
tus íntimas riquezas, oh mar, a nadie arrimas,
¡con tan celoso afán calláis vuestros secretos!

Y en tanto van pasando los siglos incontables
sin piedad ni aflicción vosotros os sitiáis,
de tal modo la muerte y la matanza amáis,
¡oh eternos combatientes, oh hermanos implacables!

 Charles Baudelaire



En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad.

Arthur Schopenhauer
 
Yo pienso que la música es el lenguaje auténtico del universo. Todo tiene música y con todo se puede hacer música. La vida sin música es un absoluto vacío sin sentido alguno. La materia da forma al vacío y la música da forma al silencio. No dejeis nunca que os quiten la música, ni los sueños. Quizás sean los alimentos más importantes del intelecto humano.

La música que escuchamos dicen muchísimo de cada uno de nosotros. Yo voy a compartir con vosotros mi camción favorita desde que tengo uso de razón. Con esta entrada me despido de vosotros hasta la semana que viene. Que paseis buen fin de semana y disfrutad al máximo todo lo que podais.



 



De mis disparates de juventud lo que más pena me da no es el haberlos cometido, sino el no poder volver a cometerlos.

Esto lo dijo Pierre Benoit. La juventud es la edad en la que ponemos los cimientos de nuestro futuros sueños. Lo que algunos llaman disparates, yo lo llamo prácticas de madurez.



Así es como yo nos veo. Animales infeliz que han negado demasiadas veces su naturaleza. Me sorprende cada vez más las coincidencias entre lo que se ve "civilizado" y lo que contradice nuestra forma de ser natural. En esto, no hay quien gane a las religiones abrahámicas. Niegan la libertad, el pensamiento, la investigación, la sexualidad... Todo aquello que nos hace humano y todo aquello que mueve nuestro desarrollo como especie. No somos una excepción al orden natural, no podemos negar nuestros impulsos naturales como si fuera algo que hay que esconder o de lo que avergonzarse.ç

Mirad al pájaro en el cielo, mirad el pez en el río, mirad el caballo en la pradera; todos ellos son felices y plenos, disfrutan de su forma de ser en vez de intentar negarla y sufrir una vida de contradicciones interiores. 

No se pueden poner diques al mar, nuestra verdadera naturaleza siempre sale a flote, es innegable. No negueis vuestros impulsos amigos, o con el tiempo hará que os corroa y os queme por dentro. Sed sanos y seguid vuestro instinto en cada momento de vuestra vida.



       Creo que los animales ven en el hombre un ser igual a ellos que ha perdido de forma extraordinariamente peligrosa el sano intelecto animal, es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz.

 Friedrich Nietzsche



El tema de la adolescencia es un tema complicado por dos razones: porque las personas que escriben sobre ella hace mucho que pasaron por esa fase, y porque las que están inmersas en ella no se dan cuenta de lo que significa. Yo quiero dar un punto de vista diferente a lo que normalmente se entiende por adolescencia y creo que puedo hacerlo porque estoy a medio camino de ser adulto y de cuando era adolescente.

Es innegable que la adolescencia es una época de total confrontación con los padres y con todas las figuras de autoridad, y eso causa en los adolescentes sentimientos de frustración e impotencia. Pues bien, yo nunca lo vi así, yo me di cuenta de que jamás en toda mi vida disfrutaría de más libertad que en mi adolescencia. Si se dan cuenta, en la adolescencia puedes elegir lo que quieres ser, con quién serlo, cómo serlo y cuándo serlo. Puedes elegir si estudiar o trabajar, estudiar una cosa u otra, eliges a tu pareja, a tus amigos, a tus conocidos…etc. Todo está aún por hacer, por lo que puedes hacer cualquier cosa, en la adolescencia tienes todo el abanico de la vida ante ti, abanico que con los años se puede hacer más pequeño, o no.

Lo que nunca he entendido es por qué los adolescentes se buscan a sí mismos a través de otras personas. Muchas personas en esa época hacen lo que no le es propio para encajar en un grupo de personas, y esto termina en una total alienación de la persona, que acaba siendo infeliz por forzar su forma de ser. Creo que lo que los adolescentes necesitan es paciencia, no con los demás, si no consigo mismo, necesitan tiempo para comprenderse a sí mismos, conocerse y saber qué es lo que quieren hacer con su vida.

Hace poco un adolescente me preguntó que como había encontrado yo a gente tan afín a mi persona. Pues bien, le respondí que a los amigos no hay que buscarlos, a los amigos se les encuentra en el camino, y lo mismo pasa con la pareja. Le dije que tiene que ser él mismo, y nada más, aunque tarde mucho en encontrar a esas personas, las que encuentre serán para toda la vida. No hay que esconder la personalidad de uno mismo para hacer amigos, al revés, a un amigo hay que darle todo lo que eres. Espero ayudar aunque sólo sea un poco, a algún adolescente o a alguna persona que trate con adolescentes a ver esta preciosa etapa de la vida con una perspectiva diferente.



Normalmente hay dos posturas diferentes en cuanto a la felicidad. Una de ellas es la felicidad como estado, y la otra, como fin o meta.

La felicidad como estado tiene muchos caminos: unos llegan a ella a través del trabajo, por lo tanto, la felicidad sería mantenerse en lo más alto de la escala laboral; otros, a través de la fe, y la felicidad se convierte en el estado de gracia con dicha fe; otros la ven como el momento en el que no hay sufrimiento o dolor. Todas estas posturas conllevan que la felicidad se puede mantener durante un largo periodo de tiempo, relativamente, y el dolor sería algo a evitar, o de lo que huir.

La felicidad como meta se consigue de forma diferente, es algo a lo que se aspira al final de un camino muy largo o simplemente en momentos puntuales. Esta forma de alcanzar la felicidad implica que estamos inmersos en un mar de sufrimiento y dolor y que la felicidad es un estado puntual en el que el dolor desaparece.

Desde muy joven me he preguntado cuál es la felicidad verdadera: si es un estado, un momento o una mezcla de las dos. También pensaba mucho acerca de si todos tenemos una felicidad parecida, si unos son más felices que otros porque su vida es mejor o si simplemente se trata de un asunto de quien aspira a     más felicidad o no se conforma con poca. Otra cosa que me pregunto es si la felicidad se puede medir. Muchas veces se dice la frase: “Es el día más feliz de mi vida”, o, “es el peor día de mi vida”. ¿Se pueden comparar los distintos momentos de felicidad de nuestra vida? También pienso que, si en un momento dado eres inmensamente feliz pero después al recordar ese momento (por varias causas como que una persona que haya compartido ese momento nos haya traicionado o algo por el estilo) dejas de ser feliz, ¿sigue siendo feliz ese momento?

Otro punto que me atormenta es: ¿está bien querer inculcarles a los demás nuestra felicidad? Está muy claro que la felicidad es algo tremendamente  personal e individual pero a veces es inevitable intentar contagiar a las personas que amamos de aquello que nos produce placer, de forma que ellos también se sientan bien y nosotros sentirnos bien con nosotros mismos.

La idea a lo que me lleva todo este pensamiento es: no tienen ningún sentido reflexionar sobre la felicidad. Sea un estado, una etapa o lo que sea. Lo único que cabe es disfrutarlo. Da igual que la persona de al lado pueda ser feliz de forma diferente a la tuya  lo importante es que los dos seáis felices, lo demás es totalmente superfluo. Es por eso que desde mi posición quiero criticar a todos aquellos que viven tratando de inculcar a los demás su propia felicidad. Por favor, compartid vuestra felicidad con el mundo, pero no impongáis al mundo vuestra felicidad.



En los últimos veinte años se está produciendo una revolución que sin duda cambiará el futuro de la humanidad, me refiero a la revolución de la información.  Lo que me gustaría resaltar de esta revolución es el efecto que está teniendo semejante cantidad de información en las personas y entre las personas.
 
Hoy en día casi todo se puede hacer a través de un ordenador, cada vez es menos preciso el contacto humano y las relaciones directas entre las personas, ya que a veces de forma on-line obtenemos más información y mejor resultado que de cualquier otra forma. Esto nos empuja a que todos nuestros actos pasen por una máquina, por un filtro informático que convierte nuestras palabras y actos en impulsos electrónicos almacenados. Es preocupante porque cada vez veo más personas de mi edad que empiezan a pensar como máquinas, que no podrían vivir sin cierto aparato electrónico o sin usar un ordenador. Son cada vez más como extensiones de su cuerpo.
 
 Cada vez se pasa más tiempo delante de un ordenador  y menos en la calle observando el mundo. Se está creando una generación de personas informatizadas, con corazones de hierro frío. Que tienen una vida fría a través de una pantalla, donde reír es escribir “jaja” sin apenas cambiar el semblante, o amar es un “Te quiero” frío y distante que parpadea en una pantalla a miles de kilómetros de distancia. Amigos, la era de la información es de por sí una maravilla humana sin comparación en toda la historia pero, no nos convirtamos en máquinas, no somos máquinas, somos humanos. Y como humanos siempre habrá sentimientos y palabras que no pueden expresarse con un teclado.
 
Esta revolución también nos permite tener una visión más global de la sociedad y de la humanidad en general. Nos permite entrar en contacto con personas de todo el mundo en apenas unos segundos, intercambiar datos y opiniones y crecer mutuamente. Ya prácticamente no hay barreras que separen al ser humano.  Obviamente esto tiene infinidad de utilidades y ventajas pero yo le veo dos grandes defectos. El primero es que al poder buscar de forma instantánea personas afines a nosotros eso nos exime de tener que convivir con personas distintas a nuestra forma de ser y perdemos una diversidad de opiniones muy valiosa. Y segundo, perdemos nuestra visión individual del mundo. Tenemos tanta información y opiniones que a veces la gente se olvida de hacer ellos mismos valoraciones y críticas de lo que tienen delante. Con esto quiero decir que aunque es necesario tener una visión global del ser humano y mucha empatía, nunca debemos perder nuestro punto de vista y nuestra opinión del mundo. No tenemos que perder aquello que nos hace únicos entre todos los humanos, nuestra visión única e intransferible del mundo.



Hoy amigos sigo compartiendo entradas antiguas con vosotros, esta vez sobre los libros.


Hoy he oído decir a una persona, que los libros valen demasiado, que son muy caros y que mucho no merecen la pena. Y pensando en esto me ha venido a la cabeza en lo absurdo que es ponerle precio a un libro. Yo estoy de acuerdo en que hay libros que no merecen la pena, pero hay otros que por mucho que lo intento es inconcebible para mí ponerles precio. Ya sé que el papel, la tinta, las ilustraciones y la publicidad valen dinero, pero eso solo es algo simbólico ¿Se le puede poner precio a la ilusión de un escritor por su obra? ¿A las enseñanzas de un maestro plasmadas para siempre en papel y tinta? ¿Pondrías precio a la sensación de empezar un libro, cuando empiezas la primera página? ¿Pondrías precio a la soledad profunda y dolorosa que sentimos todos cuando se acaba y todas las aventuras y compañeros hechos por el camino se acaban?... yo no podría amigos.
    
Yo tengo libros como “Así habló Zaratustra” o “ La historia Interminable” que para mí son como mis mejores amigos y seguro que todos tenemos algún libro así en nuestras estanterías, ya sea el libro con el que más hemos llorado, con el que más hemos aprendido o el que nos leía nuestra madre antes de dormir cuando éramos pequeños. A lo que quiero llegar amigos es que no podemos tratar a los libros como cualquier otro objeto, son especiales, transportan lo más característico de nosotros mismos, la sabiduría, la aventura, el dolor, el amor… Así que yo os invito ahora mismo que vayáis a vuestra estantería, cojáis vuestro libro favorito, lo abráis, y recordéis los buenos momentos que os dado ese libro y quizá por un segundo, solo por un segundo al menos, podáis pensar que lo que tenéis es vuestras manos es infinitamente más que papel y tinta, es también, parte de vosotros mismos.



Hoy lunes quiero compartir con vosotros amigos un fragmento que me cautivó cuando lo leí hace ya unos años y que me ha influido mucho en mi pensamiento actual (mucho, no todo) Espero que os guste.

La razón humana tiene, en una especie de sus conocimientos, el destino particular de verse acosada por cuestiones que no puede apartar, pues le son propuestas por la naturaleza de la razón misma, pero a las que tampoco puede contestar, porque superan las facultades de la razón humana.
     
En esta perplejidad cae la razón sin su culpa. Comienza con principios, cuyo uso en el curso de la experiencia es inevitable y que al mismo tiempo se halla suficientemente garantizado por ésta. Con ello elévase (como lo lleva consigo su naturaleza) siempre más arriba, a condiciones más remotas. Pero pronto advierte que de ese modo su tarea ha de permanecer siempre inacabada porque las cuestiones nunca cesan; se ve pues obligada a refugiarse en principios que exceden todo posible uso de la experiencia y que, sin embargo, parecen tan libres de toda sospecha, que incluso la razón humana ordinaria está de acuerdo con ellos. Pero así se precipita en obscuridades y contradicciones; de donde puede colegir que en alguna parte se ocultan recónditos errores, sin poder empero descubrirlos, porque los principios de que usa, como se salen de los límites de toda experiencia, no reconocen ya piedra de toque alguna en la experiencia. El teatro de estas disputas sin término llámase Metafísica.



Atomización es un proceso que usan algunos gobiernos para controlar a las masas. Consiste en separar al individuo de la población a través del miedo a que la otra persona piense distinto y emplee represalias contra el primero. De esta forma se consigue que la población no se una entre sí para plantar cara al centro del poder. No dejemos que nos alejen unos de otros con la excusa de la invidualidad radical y sin sentido.

Esto lo digo amigos porque muchas veces subrayo la importancia de la individualidad como camino para conseguir nuestra plena realización. Pero si dos personas piensan lo mismo es lógico que se junten en pos de sus sueños. La unión hace la fuerza, eso es innegable. Habrá cosas que no podremos hacer solos en algún momento y tendremos que unirnos y trabajar juntos, codo con codo. Y no por eso seremos cobardes o valdremos menos, al contrario, tendremos la inteligencia suficiente como para saber que el pueblo unido jamás será vencido.

El ser humano siempre debe unirse para conseguir aquello que anhela. Cuando se suman muchos sueños imposibles se consigue una realidad férrea y consistente.



Me he dado cuenta que aquellos que buscamos el conocimiento y la iluminación no estamos enamorados de la sabiduría, sino de su ausencia. Me explico. Lo que nos gusta es perserguir lo que no sabemos, buscarlo y luchar por aquello que crees. Una vez lo encuentras a veces sientes desasosiego, tambien alegría claro. Pero duele el hecho de no poder continuar buscando aquello que anhelas. Por eso, yo creo, que los locos estamos enamorados del vacio del conocimiento por eso, nunca llegaremos a saber suficiente, siempre sabremos poco a nuestros ojos.



Hoy quisiera hablar de la libertad. Soy una persona muy joven, solo 20 años me avalan en el mundo. La libertad es algo que me ha sido dado como algo natural, no he tenido que luchar por ello en ningún momento. Pero me gusta mirar atrás, y mirando atrás veo que todas las guerras que ha hecho el ser humano han sido para ganar la libertad de uno mismo (libertad moral, política, artística, etc.) o para quitarle la libertad a alguien.
 
Para mí el termino libertad en el sentido estricto no existe, me explico, yo creo en que somos libres a medias. Verán, yo sostengo que solo tenemos capacidad de decidir en contadas ocasiones, tenemos capacidad de elección pero no podemos controlar a donde nos lleva esa elección, la consecuencia de nuestra elección nos es impuesta. Yo no concibo la libertad sin estar ligada a la responsabilidad, puedes elegir tomar un camino u otro, rodear la montaña o escalarla, obviamente no controlas lo que vas a encontrar en el camino mientras cruzas la montaña, pero todo lo que suceda es tu responsabilidad, porque tu elección es la que te ha llevado a esta consecuencia, aunque tú no controles esta última. En resumen, “libertad” va ligada a “elección”, “elección” a “consecuencia” y “consecuencia” a “responsabilidad”.
 
Todos los grandes poetas, guerreros, inventores, profetas, escritores, gobernadores, etc., han luchado por la libertad, por su libertad, por la libertad del pueblo o de un ideal. Por lo tanto la libertad aunque como tal no exista (para mí) es una fuerza omnipotente en el hombre es una de los grandes pilares de la grandeza del ser humano como ente pensante que somos. La capacidad de elegir, de decidir sobre nuestra vida y nuestra mente es algo tan nuestro como el amor o el odio, forma parte de cada uno de nosotros. Es un sentimiento que nace del corazón, no de la razón.
 
Yo repudio todo aquello que me corte las alas, tanto dentro como fuera de mí, lo repudio y lo tiro lejos. Me vienen a la mente grandes frases como “Toda convicción es una cárcel”, “Non serviam” o “Prefiero morir de pie que vivir arrodillado”, bien amigos, ni todas ellas juntas pueden expresar de forma precisa la sensación que produce la libertad en estado puro, el elegir, el crecer con tus elecciones, el equivocarse, todo ello es la libertad.
 
Pero yo creo, que la libertad como todo en esta vida tiene un precio, y no todo el mundo está dispuesto a pagar ese precio, o simplemente no se atreven a asumir las consecuencias de su libertad. Yo, aquí y ahora, con tanto camino por delante, digo, que seré libre cada día de mi vida. Para que el día que muera, pueda decir que he vivido como yo decidí y poder morir en paz. Y también, aquí y ahora, llamo al mundo a que sea libre a que elija, a que se moje en su propia vida y pueda ser la suma de sus propias elecciones. Amigos, les invito a que sean libres y felices.

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