Este primer principio insta a ser honrado en el trato con todas las personas, sin importar la situación social.  Hay que creer en la justicia, pero no en las leyes de la sociedad, sino en las leyes que emanan de uno mísmo. Para un samurái no existen las tonalidades, todo es negro o blanco en lo que se refiere e la honradez y la justicia. Sólo existe lo bueno y lo malo.

2 comentarios:

Pero eso es bueno y es malo.
Bueno: porque no tanta diferencia de trato.
Malo: porque nadie se arrepiente de sus actos.

Yo nunca me he arrepentido de mis actos, me he arrepentido de cosas que no he hecho, pero nunca de cosas que he hecho.

Como todo en el universo existe una dualidad preciosa de buenos y malos.

Gracias por comentar.

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